“¿Existe la izquierda y la derecha en las empresas?”

La expresión de «izquierda» y «derecha» nace con la Revolución Francesa en 1789, el mundo era gobernado entonces por las monarquías y la nobleza. Una sociedad naciente buscaba un equilibrio de poder, hasta ese entonces absoluto. Los ciudadanos que apoyaban el poder monárquico se sentaban a la derecha, y los que se oponían se sentaban a la izquierda, quizá para sorpresa de algún lector, en ese entonces los que se sentaron a la izquierda representaban al liberalismo que hoy es considerado de derecha. Muchos siguen pensando que las personas de izquierda son aquellas ligadas a las guerrillas o el Che Guevara, y de derecha aquellos empresarios del sector privado con mucho dinero. Estos conceptos distan de la realidad, y al prejuzgar las tendencias ideológicas extremas, perdemos posibilidad de analizar en que pueden ayudarnos personas con un perfil a veces congénito. La discusión entre la izquierda y la derecha no es originalmente económica, casi 80 años después de la revolución francesa, Marx publica su obra “El Capital”. En la victoria Bolchevique en 1917, lo económico se convirtió en el eje central del debate de estos modelos ideológicos. 

Después de la Segunda Guerra Mundial, comienza la Guerra Fría entre dos grandes potencias, EE. UU. y la Unión Soviética, dividirían al mundo en dos bloques: gobiernos de derecha, que estaban con los norteamericanos y gobiernos de izquierda, con la Unión Soviética. Hace poco más de treinta años, cae el Muro de Berlín, se disuelve la Unión Soviética y triunfa finalmente el modelo liberal. La izquierda siempre tuvo su lado social-cultural (muchos aseguran que solo es un tema de modelo económico, quizá por desconocimiento de la historia del socialismo), cuando el capitalismo y la propiedad privada prevalecen casi como único modelo, la izquierda se integra moderadamente y hoy convive con el capitalismo Liberal. Un teórico literario, Fredric Jameson (de ideología Marxista) dijo: “Es más fácil que sea el fin del mundo a que acabe el capitalismo”.

La dialéctica actual entre izquierda y derecha está ligada al «globalismo vs. nacionalismo» o «conservadurismo vs. progresismo».

Sin el modelo liberal (derecha), seguiríamos en la extrema desigualdad de las monarquías y el feudalismo. Por miles de años la humanidad estuvo estancada en términos de confort y calidad de vida, pero es impresionante la riqueza generada por el libre mercado en los últimos 200 años.

Por otro lado, grandes avances en términos de justicia e inclusión no hubiesen sido posibles sin movimientos y personas con gran empatía social, continuaríamos trabajando legalmente 14 h o 16 h, las mujeres seguirían sin derecho a la educación ni al voto, como hace poco más de un siglo. Muchas personas con animadversión a lo social, se benefician por lo que otros lucharon, incluso por los derechos fundamentales que no siempre fueron respetados a lo largo de la historia.

Para quien escribe este artículo, una persona libre y soberana, encuentra actitudes importantes en ambos modelos. Me sorprende la polarización de nuestros días, eso anula la duda, por ende, la curiosidad por la investigación y el razonamiento. No soy afín de estereotipar a las personas, creo que la vida es un poco más compleja y por diversas razones uno aprende la importancia del libre mercado en la economía y lo importante que son las personas y la dignidad de las mismas.

Es fundamental entender cómo encontrar el mix para las empresas, dentro del respeto. Para que esto sea posible, debemos evitar catalogar a las personas como zurdos o empresarios fríos de ultraderecha. Sugiero llamarlos personas conservadoras o liberales y personas con enfoque social. Veamos algunas características.

Personas con tendencia Liberal:

-Pragmáticas.

-Cambios de sistemas paulatinos.

-Tendencia individualista más que colectivista.

-Conservador desde una perspectiva cultural.

-Valoran la historia y el pasado.

-Meritocracia.

-Competitivas.

-Foco en el resultado.

Personas con enfoque social:

-Persiguen la justicia.

-Buscan la igualdad.

-Cambios más radicales ante sistemas injustos.

-Les gusta la horizontalidad.

-Prefieren el éxito colectivo en igualdad, así sea en menor medida.

-No son afín a la competencia y meritocracia, si esta genera mucha diferencia.

-La lucha como herramienta de búsqueda de justicia.

Entonces, ¿existen ideologías en una empresa?

Considero que existe una elección ideológica a medida que transcurre nuestra vida, pero existe una tendencia innata en nosotros, casi como el temperamento.

Recordarán al compañero que representaba a los estudiantes para modificar horarios o rendir de nuevo un examen, juntaba firmas, etc. Nadie le dio una presentación ideológica para esto, es parte de su personalidad. En cambio, había otro compañero que no estaba en contra del sistema y seguía fácilmente las reglas, aunque a veces injustas, aceptaba que era parte de la vida y del sistema imperfecto. Al segundo tampoco nadie lo adoctrino, entonces existe una tendencia innata que traemos quizá en nuestra carga genética que no tiene que ver con la política.

Ahora bien, ¿qué es una empresa? ¿Cuál es su razón de existir?

Según la RAE, empresa es una “Unidad de organización dedicada a actividades industriales, mercantiles, o de prestación de servicios con fines lucrativos”. Una empresa puede tener un propósito lleno de valor, en lo personal, consideró que es más que generar sólo lucro, pero sin duda, este es el primer objetivo. Si una empresa no genera rentabilidad, deja de existir, entonces, nada de los propósitos loables serán posibles realizar. Siempre que la empresa genere beneficios, todo el impacto positivo que queremos llevar a la sociedad será realizable.

Para construir una sociedad de calidad, considero crucial que las empresas sean espacios llenos de justicia, crecimiento y desarrollo personal para los colaboradores.

Si una empresa quiere lograr resultados, hay un requisito importante, que es la competencia y la meritocracia, fuerte característica y marcada del libre mercado. Ejecutivos y vendedores que no sean afín a la competencia y al éxito será un problema para la compañía. Si hablamos de RR. HH., la empatía social puede ser vital para el éxito de una empresa con generación de valor en la sociedad, sin embargo, la falta de esta puede ser perjudicial.

¿Y la alta dirección? Considero que mientras un líder evoluciona, debería dejar de lado los extremos y tener compromiso con los resultados económicos, promoviendo la libre competencia y primar la meritocracia. Entender que el balance social es fundamental en su liderazgo, si no posee este valor, rodearse de personas con estas características sociales para generar un balance en su gestión. Pero no puede primar en el directorio el foco social por sobre el de generación de recursos, este orden puede afectar la matriz productiva de la empresa, sacándole competitividad en el mercado.

Con una matriz productiva asegurada y la generación de negocios en su máxima potencia, la empresa debe buscar generar el mayor impacto social en sus stake holders (colaboradores, proveedores, clientes), generar un impacto positivo en la sociedad también genera beneficios económicos. El consumidor de hoy es consciente de la importancia y opta por los productos y/o servicios de las empresas con impacto social y ambiental positivo.