Un 2024 con «Puentes Poderosos»

Me viene a la mente, una canción llena de nostalgia de aquellas reuniones de ventas “matinales” a las 07:00 a. m., donde escuchábamos y cantábamos a todo pulmón entre los vendedores, una canción hermosa del cantante griego, Demis Roussos, titulada “Un mundo de hombres niños” hoy en día, aún la escucho antes de una reunión importante. Una parte muy significativa dice: “Canta, un canto al mundo… que todos oigan al despertar, canta… si pones alma, hasta los sordos… te escucharán”. Esta metáfora me lleva a reflexionar cuantas veces establecemos los mejores objetivos, grandes presentaciones al equipo de trabajo de estos objetivos que tiene la compañía y ante el incumplimiento de dichos objetivos, automáticamente deducimos que no demuestran interés, por la ausencia de valores como la responsabilidad o el compromiso. Existen muchos casos donde la falta de compromiso y cuestiones similares son el motivo, pero perdemos las armas de solución si generalizamos. Reflexiono sobre una de las probables causas (de una serie de causas posibles) del porqué muchas veces en el equipo “Nos oyen, pero no nos escuchan”, por lo tanto, la canción del recordado Demis Roussos, es irrealizable, “Hasta los sordos te escucharán”. La causa que analizaremos es: “La ausencia o desconexión del objetivo de la compañía con el objetivo personal de nuestros colaboradores”.

Mientras las empresas estén compuestas por personas, directa o indirectamente, será necesario dedicar tiempo a entender a las personas. Con el pasar de los años uno aprende la importancia de las ciencias sociales dentro de una organización. Tendemos a creer que en las empresas los mejores perfiles solo deben ser de ciencias económicas, no digo que no debe ser así, más bien refuerzo la importancia de complementar el equipo con personas que estudien profundamente a nuestros colaboradores y clientes. Es muy revelador considerar a las ciencias sociales en nuestras mesas de trabajo para innovar y crear.

¿Qué es aquello que hace que una persona realice algo de manera única y de manera sostenida? Hay una palabra fundamental: “Motivar”, según el diccionario, conciencia para realizar una acción. “Motivo”, causa o razón que determina que exista algo. Usando una lógica etimológica “Motivación” es la razón de la acción. Esta palabra está muy relacionada con el ímpetu emocional, pero indagando un poco en el verdadero significado, tiene mucho más de razón que de emoción. Encontrar la “razón” para la “acción”, es decir, la motivación requiere un trabajo metódico y analítico, donde los líderes podemos tener un rol fundamental. Un gran escritor argentino, Gabriel Rolón, dice que la depresión emocional es la ausencia de esperanzas, es cuando ya no podemos ver la luz al final del túnel, en cambio, la motivación es todo lo contrario, es cuando encontramos esas razones por la cual levantarnos todos los días.

En la compañía tenemos muchos objetivos, sin lugar a dudas los principales son numéricos, también tenemos objetivos estratégicos que tienen una visión a mediano y largo plazo. Lo más común a nivel empresarial es que esos objetivos estén definidos y comunicados en estas fechas de fin de año. Sin embargo, cuando realizamos una mirada de las metas de los colaboradores a nivel personal, el ratio de conversión baja considerablemente frente al ratio de conversión de las empresas con objetivos claros para el año entrante.

¿Cómo podríamos aspirar a tener un año 2024 poderoso si nuestro equipo de trabajo no tiene metas claras, medibles y objetivos movilizadores a nivel personal? Considero que ahí hay un driver muy importante que explorar como líderes de nuestras empresas.

El Paraguay es un país donde la gran mayoría de su población vive en zonas fronterizas, tanto con el Brasil como con la Argentina. La segunda ciudad más importante en términos económicos del Paraguay es Ciudad del Este, pero, ¿siempre fue así? Como aficionado y amante de la historia de nuestro amado Paraguay, me llamo la atención la falta de protagonismo de esta zona del país, a lo largo de los centenares de años de historia de nuestra patria. Claro está, que esto cambio radicalmente en la historia reciente del Paraguay. Permítame estimado lector, comentarle algunos puntos que rescate de la historia de la hoy poderosa Ciudad del Este.

El Paraguay y el Brasil son divididos por el caudaloso y de aguas muy profundas “Río Paraná”, razón por la cual era muy poco habitable del lado paraguayo (era todo literalmente monte), recién en el año 1959 comienzan las obras del conocido “Puente de la Amistad” después de varios años de análisis hidrológicos para definir donde estaría ubicado el puente. Un dato histórico, en el año 1957, cuando se realizaban estudios batimétricos, una embarcación del Brasil se hundió, muriendo así varias personas, entre ellos el Ing. Tasso Costa. La obra es concluida en el año 1965, transformando profundamente la historia de la región y de todo el país.

Pocos de nosotros vivimos en ese entonces, por lo tanto, no sabemos que a Ciudad del este no se podía llegar, no existían hasta hace pocas décadas autopista hasta esa zona. La construcción del “Puente de la Amistad” fue lo que hizo que se realice la entonces Ruta PY07 (hoy Ruta PY02) que conecta Asunción con la cabecera del puente en Ciudad del Este y luego en lado brasileño la BR-277, que cruza por Curitiba, saliendo al océano Atlántico en Paranaguá. La realización de ese puente, hizo posible el crecimiento de infraestructura y el gran boom económico de una de las ciudades más comerciales del mundo.

Trayendo de vuelta la canción… “Si pones alma, hasta los sordos… te escucharán”¿qué es poner alma? ¿Cómo podemos hacer que nos escuchen?

Los líderes podemos ser los artífices de grandes puentes que transformen a nuestras empresas y la vida de muchas personas. Exhortar a que nuestros colaboradores tengan metas claras, que le pongan color a las mismas, puede ser parte trascendental de nuestro trabajo como líderes. Uno podría decir: eso es algo personal de cada uno, no es mi función velar por esas metas, y yo diría: que si queremos que nuestros equipos nos escuchen tenemos que orientarles a tener metas personales y así poder construir esos «Puentes Poderosos», que unan grandes objetivos de la organización con esos objetivos de las personas. ¡Jamás! Será lo mismo jugar un partido amistoso que jugar la final de la copa. Por más que tengas grandes jugadores, un equipo sin razón de ser (motivos) irá sin rumbo y no podrá consolidarse como un equipo de alto rendimiento.

¿Cómo construyo ese puente? Primero, sugiero definir ambos objetivos, el empresarial y el del colaborador (Foz do Iguaçu y Ciudad del Este), una vez identificados, construir el puente a través de indicadores claves (KPI) que unan de manera sólida ambas expectativas. Es muy importante, desde mi perspectiva, construir el puente entre ambos países (Brasil y Paraguay/Empresa y colaborador), definir juntos esos indicadores y una vez definido, brindar las herramientas para la realización de ese trabajo. Recomiendo medir de manera mensual, trimestral y anual. No solo anual.

Hoy el Gran Ciudad del Este (CDE, Hernandarias, Pte. Franco, Minga Guazú) es habitada por más de medio millón de personas. El departamento de Alto Paraná, posee el PIB per cápita más alto de todo el país (USD 16.000), más del doble del PIB a nivel país. Considero razonable concluir que tanto Foz do Iguaçu como Ciudad del Este, no serían las grandes potencias que son hoy sin ese «Puente Poderoso».

Me despido con una pregunta para la reflexión, Ambos países y ciudades tenían sus objetivos claros. ¿Por qué no los concretaron antes de la construcción del puente?

Quizá, construyendo «Puentes Poderosos» entre ambas partes, podemos generar un “boom” económico expansivo para este 2024 y como decía el gran Demis Roussos, ¡Todos nos escucharan!